The Mule (Mula) Clint Eastwood

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El lector habitual sabrá de mi debilidad por Clint Eastwood, por su forma de hacer cine,  por la elección de proyectos, guiones y, en definitiva, por la coherencia de su discurso. Así que, hoy hablaré de su último trabajo, qué para ser sinceros, ya nadie esperaba; The Mule.

Si bien la crítica de la película es buena, también es cierto que algunos la acusan de plana, lineal y en cierto modo, aburrida. Es lo que tiene vivir en la era del artificio,  dónde si no te golpean con un ladrillo en estos cerebros nuestros, parece que ya no se sienta nada. Pero si uno mira el metraje, casi dos horas, enseguida se percata de que se pasa en un suspiro, dando la sensación de que se podría alagar muchísimo más, y aún así, disfrutarla, ya que, apenas se desarrollan otros personajes mas allá del Tata, dejando un poso de pena, de... joder... esto daba para más, para mucho más. 

A mi me encantó, pese a ser un poco más de lo mismo, casi un deja vu de Gran Torino, o si uno profundiza en la esencia, en la génesis de ese discurso de Sin Perdón, dónde la honestidad para con uno mismo ha de ser implacable, en el; no pidas lo que no estás dispuesto a dar, y si lo haces, asume las consecuencias.

El Tata no necesitaba un juicio, ya se lo había hecho el mismo y se había declarado culpable.



Hace ya muchos años... como pasa el tiempo, hice un relato corto; "La película que nunca haré", que volví a publicar en el 2016, creo recordar que el original era del 2.009 o algo así, basado en ese discurso que se repite una y otra vez en su filmografía como director, en aquel tiempo aún a medio hacer; la asunción de culpa. Así que, lo reproduzco de nuevo, ya que, casi parece un borrador del guion de Mula ;-/. Además, predije el ocaso del cine en las salas, y otras cosas, que tantos años más tarde, lamentablemente, se han cumplido.



La película que nunca haré



Desde lo del Inzitan, mi vida cambió. Las ideas vienen y van... sin previo aviso, ni despedida. Y por aquello de dejar testimonio de una de esas "inspiraciones súbitas", pues que mejor, que hacerlo aquí en el blog.

Esa idea escurridiza y furtiva es, ni más ni menos, que un guion para una película que sin duda daría mucho que hablar. Algo así como un Crash, un Sin Perdón o quizás un Caballero Oscuro. Es decir, de esas películas que esconden en sus "entrañas", al igual que la buena poesía, más de lo que se ve o dice.

Bueno. Pues como siempre, en sueños pensé, bueno... soñé, soñé que era Dios... :-)))) bueno... en serio... soñé una película... un guion... que sería a grandes rasgos este;

Un western. Un Pueblo emergente. Un Sheriff. Una Pistola. Una ley. La Ley del Sheriff, implacable, resolutivo e inmisericorde.
 La película que nunca haré - Clint Eastwood - Inzitan blog


Ya, ya, ya se,  ya hay una o dos (docenas) pelis que tienen esta misma base. Pero si a la ecuación le sumamos al mejor justiciero del wenstern. El implacable Clint Eastwood. Su colt. Su ley... justa, pero a diferencia que en otras propuestas; salomónica e inmediata. Esa sería uno de los ejes de la película. La de un Sheriff aceptado (quizás como mal menor), supuestamente; justo, implacable, incontestable y ciertamente "fascista".

De aquí se sacaría una lectura un tanto cercana a la del Caballero Oscuro. Es decir, a veces (por no decir siempre) la justicia no es justa. Se dilate o no en el tiempo, pero más si es tardía. El agraviado quiere un resarcimiento inmediato, es algo casi infantil, pero totalmente humano y justificado.

Pero el gran problema de dictar sentencias de forma acelerada y urgente, es la irreflexión que esto provoca.
Luego esta lo subjetivo que es todo, y más, cuando entran en acción los buitres con toga. Entonces la verdad se retuerce y retuerce, hasta que una mentira parece más verdad que la verdad misma, aunque esto depende en mayor o menor medida de la minuta y escrúpulos del abogado o/y fiscal de turno.

Ese sería el primer planteamiento. Luego viene el evidente. El talón de Aquiles de semejante personaje; su derecho a errar. Inherente a cualquier ser humano. Quizás de no ser por este, no seríamos lo que somos. No olvidemos, que sin error, no hay oportunidad de mejora.

Y un buen día (bueno, depende para quien), el bueno del Sheriff, se da de bruces con un "caso". Lo juzga in situ y al instante. Dicta sentencia, saca su Colt... y "hace justicia".

Evidentemente la situación para que tenga gancho, tiene que ser especialmente evidente y sangrante, que escueza al espectador....vamos, que pidas desde la butaca justicia de la buena -coño.... que saque ya su Colt y le pegue un tiro a ese hijo de la gran puta-

Pero... pero... ahí es donde da un giro inesperado. Al final, ¿que ocurre?, pues que, lo blanco no era tan blanco, ni el negro tan negro. Era gris. Como casi siempre. Y descubren que el "hijo de la gran puta", no era tal.

Es aquí, cuando es mas que nunca necesario un actor con el carisma necesario para afrontar un papel así. Vamos, que tiene que ser Clint si o si (antes de que se me arrugue del todo).

Y se le hace un juicio. Donde él, es a su vez, juez y acusado (así... con dos cojones). Se presentan las pruebas. Él se defiende. Curiosamente usa como única defensa la debilidad de su sistema de justicia inmediata. Es decir, la ausencia de presunción de inocencia, la inmediatez, pero sobre todo la no intencionalidad. Es decir, lo ajustició por que lo veía culpable, y en consecuencia, así actuó.

- ¿Se me juzga por errar?, o ¿por no dejar marguen al error?. Ergo, en ningún caso, se me juzga por matar a un pobre hombre. Sino al sistema de Justicia. Mi justicia.

Bueno, aquí evidentemente se extraería una lectura procesal, a lo Ally McBeal; se busca una escusa para juzgar indirectamente algo totalmente distinto al caso que ocupa. Un juicio de valor, donde lo de menos, es hacer justicia al pobre desgraciado que recibió el balazo.

Estas serían alguna de las frasecitas que dejarían muda a la sala. Que decir, que en este trance, por poner un poco de calor humano a un personaje tan "metálico", sería necesario incluir un toque femenino. Una mujer, quizás de vida disoluta (que no es lo mismo que decir puta, aunque rime), que siente por él, esa mezcla de respeto, admiración y confianza, que despierta todo personaje con ideas tan claras. Sean éstas acertadas o no.

Tenía un profesor que me decía (ante mi indecisión al jugar a una especie de Trivial);

-No dudes, erra. Ese es el camino más rápido para acertar. Y añadía, -además, ligarás más-

Que decir, que tardé muchos años en entender la verdadera magnitud de esa frasecilla... aunque claro con ocho años... que se podía esperar. Bueno, que me pierdo... decía -A
l final del juicio. Los 12 se retiran a deliberar. Tras un largo día de debate, que daría para dar un poco de cuerpo a la película, limar flecos, cerrar círculos de guion y demás, vuelven a la sala con un dictamen. Le dan el papelito al juez (a la vez que acusado).

Clint, obvia la parte en la que se manda levantar al procesado. Se levanta directamente. Despliega aquel papel arrugado entre sus manos, más arrugadas aún. Lentamente, sin prisas, baja la mirada, lo mira. De su rostro no se desprende ni el más mínimo indicio o señal de culpa o absolución. Alza la vista. Mira al jurado, al fiscal y, luego, a la parte demandante. Aquí habría que poner una viuda colérica y llena de razón, pero a la vez antipática. Y finalmente, a esa mujer que tanto temía por su vida y que sin duda ama, más por ser su único nexo de unión con esa humanidad perdida, no se sabe muy bien, cuando ni dónde, que por sus turgentes y anti gravitatorios pechos :-P

Finalmente. Saca su Colt, se lo pone en la sien... y mientras aprieta el gatillo... se alcanza a entender -CULPABLE.

La sala queda en silencio. Solo se escucha el eco del disparo. Clint se desploma, su Colt exhala un último suspiro en forma de hilo de humo, quizás, el alma de quien la empuña. La acusación, el jurado, la de los pechos turgentes, el público en general, permanecen mudos, observando atónitos, asombrados ante la determinación fulminante e inmediata, del hasta hace tan solo unos instantes; su Juez, su Ley...

Evidentemente, aquí se requeriría una buena fotografía, con una luz que se fuese apagando progresivamente desde el rojo Ferrari al azul metálico terminando casi en blanco y negro...

El plano secuencia, recorrería una a una las caras del jurado, de la acusación, de la amada que tan solo derrama una lágrima, ¿no le quedaban más quizás?. Y finalmente la cara del dibujante... que no es otra, que la voz en off, que ayuda al guion en momentos puntuales y que como no, terminará con una frase genial
(para la cual, pediría consejo al Kim Ki-Duk) ;-))) mientras...

Vuelve el plano al cuerpo ya sin vida de Clint... su cara por primera vez, esta relajada, serena, con una espacie de ¿mueca?, que se vislumbra como una sonrisa, ¿irónica? quizás. Y se funde en negro. E
ntran los títulos de crédito al ritmo de... !que coño!!!, de la Lourdes.

The End.



Bueno, esta sería una de las decenas de películas que nunca llegaré a hacer. Pero claro. Ahora... puede, que pasado un tiempo, alguien se inspire y haga realidad mi sueño. Y quien sabe, quizás un día... me vea en un cine (si aún existen), viendo una película que evidentemente ha plagiado descaradamente esta idea "original", y lejos de enfadarme, esbozaré una sonrisa, como la de Clint, de esas que tu acompañante no acierta a interpretar.
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