En Mulholland Dv., Lynch hace un tributo a su gran amigo
Stanley Kubrick y al admirado
Federico Fellini. Éstos se identifican claramente en esa forma tan particular de manejar los tiempos, los primeros planos a los ojos, los pies, los contraplanos, la forma de estructurar y desarrollar las escenas, la vertiente sexual, los simbolismos, el componente musical, en fin... Lynch aún siendo un director respetado, siempre se le ha reprochado no tener una impronta propia. Si bien, yo no opino lo mismo, ya que, Lynch hace un cine mucho menos atemporal que un Kubrick o un Fellini y lo que es mas evidente, hace buenos cocidos, pero con mucha menos carne.
El toque Lynch, que tanto exprimió en Twin Peaks, es similar a una hamburguesa. Hay una primera capa exterior; cotidiana, sencilla, asimilable, por momentos aburrida. Una segunda capa; siempre onírica, surrealista, o sencillamente irreal. Finalmente, una tercera capa , que sirve de emulsión para las dos capas anteriores. Como desenlace final, al horno, se calienta, la emulsión fusiona las distintas capas. Y listo para comer.
Ya se... se me va la pinza... pero a veces no hay dios que se atreva a comer la hamburguesa, no por no tener hambre, sino mas bien, por temor "a saber que coño lleva dentro". Con Mullholland Drive ocurre un poco eso, cuando se ve una primera vez, uno se acaba preguntando; que
mierda se fumó el Lynch, porque no hay dios que le pille el significado o le dé sentido al film. Pero claro, en un segundo visionado, la cosa cambia por completo. Uno encaja piezas, entiende los encuadres, entiende las miradas, los personajes, es decir... esta peli es de las que debería empezar así:
Mullholland Drive (Primera parte) y terminar con una leyenda que rezase así:
"REBOBINE Y VEA LA SEGUNDA PARTE"Esta forma de estructurar un film es igual de valiente como de arriesgada, ya que tienes muchos boletos para un fracaso mas que posible. No ya de crítica, que es mas difícil, pero si del gran público, que posiblemente salga del cine con cara de ocho pensando que los diez euros bien se los podría haber gastado en unas cervezas, que te lían igual las neuronas, pero te haces menos preguntas.
Esto lo saben muy bien otros directores que suelen abusar de los saltos temporales "adelante y atrás" clásicos, ya que, usados de una forma menos ambiciosa, son mas "comestibles" para el espectador. Pero claro... si uno quiere darle un toque onírico-paranoide, como es el caso, la formula empleada es mas que acertada. El peligro, es ese... al tener que encajar todas las piezas en el desenlace, se hace difícil hilar toda la trama, en definitiva, te ves obligado a repasarla, pero claro, eso requiere envejecimiento del film, de ahí que gane enteros con el tiempo.
Bien, dicho esto, decir que a mi evidentemente me gustó y mucho. Es una excelente propuesta, si bien, hay algo que falla estrepitosamente en el film; No hay mensaje, no se cuenta nada mas allá de lo evidente y lo que es peor, en ese puzzle "de la primera parte" hay muchas piezas que luego sencillamente se quedan huérfanas. Ejemplos; la escena de cafetería de aquellos dos "tipos" que luego no encajan en ningún lado, ni siquiera su conversación. Los polis del principio. El mafioso tullido malo malísimo... en fin, callejones sin salida. Y eso hablando de dos horas largas de metraje es imperdonable... vamos... que el del montaje ese día tenía partido de tenis.
Hay otras cosas que no quedan suficientemente claras; el desdoblamiento de personalidad, o mejor dicho, la apropiación paranoide de su amante lésbica, no queda claro quien la sufre... supongo que la morena, pero por momentos tengo mis dudas, sobre todo por el intento de asesinato del principio... aunque claro... es muy difícil determinar el marco temporal del film... ya que no solo se mezclan tiempos, sino se intercambian personalidades (con cuerpo incluido que jode mas), etc... es decir, es muy difícil separar lo que es paranoia de lo que es real, aún viendo "la segunda parte".
¿Que cuenta?, bueno, es una historia de amor-desamor, triunfo-fracaso, control-descontrol, culpa-pena, cordura-locura. Es una historia de dualidades, una historia mucho mas sencilla de lo que uno se presupone y de ahí su simpleza... es decir, no hay mas que buscar, lo demás es pura especulación y ganas de buscarle tres pies al gato... aún cuando, si uno sigue la trayectoria de Lynch, la crítica, y el público en general se empeña en buscarle un significado a sus trabajos, que realmente no tienen y lo que es peor, que ni siquiera el Director pretendió darle.
Otra mención especial a la banda sonora, sublime, y que en cierta medida ayuda a dotar de contenido "real" al film, que como dije, si uno ama el "contenido", puede salir un tanto escaldado tras el visionado, mas cuando estamos hablando de dos horas largas. Curiosamente mucho tiempo para contar tan poco, pero poco, para lograr entender lo que se intenta contar.
Otro día, hablaré de la otra gran película de Lynch;
Eraserhead (1977) considerada por muchos un directo competidor de Ciudadano Kane. Como siempre las comparaciones son odiosas, eso sí, si Mulholland Drive, te resulta desconcertante ni te atrevas con Eraserhead.
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