Hace unos meses, en un documental, escuché una cosa que me dejó realmente tocado, venía a decir, -que no hay mejor garantía de fracaso que intentar mejorar lo ya bueno.
Cuando algo es bueno, debiera ser suficiente, debiera hacerte feliz y, pues eso, no desear nada más, no querer que nada cambie...
Y aquella chica coreana frente a la cámara, tenía toda la razón del mundo. Intentar mejorar lo bueno, es algo sintomático. En ese momento decidí mejorar el blog.
Lo primero; el diseño. El anterior, con más de una década, había perdido mucha funcionalidad (por ejemplo, con el límite de 200 comentarios por entrada), cierta dificultad para leerlo en móviles, tabletas y demás. En fin, que estaba desfasado de cojones. En el nuevo he intentado limpiar el blog al máximo. Como siempre nada de publicidad, he sacado todos los añadidos que con los años he visto que poco o nada aportan y esto es lo que ha quedado...
Lo segundo; el contenido. Que en realidad es lo que importa. Ahí es donde buscaré otra vez, eso, volver a decirme -coño... esto es bueno, esto es lo que realmente me gusta publicar... y que le den al personal si no le gusta. En fin, que se aproximan curvas. En el camino se caerán muchos lectores, otros nuevos vendrán, pero, y de esto estoy seguro, no desearé cambiar nada, o eso espero :-)
Que os guste el cambio.
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