El hombre en el castillo (The man in the high castle) [Amazon Prime Video]

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Hace unos días un lector me recomendó El hombre en el castillo, serie producida por Amazon Prime Video, basada en la novela del mismo título de Philip K. Dick. Me sonaba y al buscarla en el portal de Amazon, caí en la cuenta de qué, ésta formó cierto revuelo ya hace uno o dos años, cuando se comenzó a hablar de su rodaje, sinceramente, ya la tenía olvidada y como el título que sale en Amazon, tampoco es literal, como que no me percaté de que era aquella.

Pues si, parece que las distopías están de moda, Hulu con su «El cuento de la criada», Netflix con su polémica Okja y la franquicia Marvel y, Amazon con esta serie, que aún versando sobre temas bien distintos, en el fondo van de lo mismo y lo más determinante, en el mismo territorio, y lo entiendo perfectamente, es evidente que los norteamericanos sensatos (y cuerdos) han quedado tocados al ver sentado en la Casa Blanca a un personaje que pareciera sacado de una producción de la Marvel, más distopico no puede ser.

EE.UU, un país, donde la segunda enmienda de la constitución (si, segunda, solo por detrás de la libertad de prensa, credo, etc.), que otorga el derecho a todo ciudadano norteamericano a portar armas, que si bien para un europeo resulte algo trasnochado y en cierto modo cosa de bárbaros, si que tiene su razón de ser (además de histórica), y es que, si algo no son los yankies, es hipócritas, no es tanto para defenderse del enemigo exterior, sino de cualquier enemigo. En otras palabras, un irlandés o un galés y tantos otros pueblos que acabaron recalando allí, no olvidan que tuvieron que salir por pies de «su tierra» asfixiados por «su propia gente». Solo se es dueño de lo que puedes defender. La razón, lo justicia, la ética, la moral o el simple sentido común, solo tienen cabida, si además, tienes un Colt en tu cinturón, o más certero aún, por tenerlo todos. Que la población esté armada y poseer cierto grado de organización (de ahí el temor que le tienen los estados a Internet) es quizás una de las últimas barrenas a una sociedad distópica. Como diría Günter Grass, la moral del hombre no parte de su naturaleza, sino de la necesidad.

Qué que me parece la serie, pues podría ser muy buena, y lo es sin duda, pero a mitad de la primera temporada ya empiezan con rollos a lo Perdidos, qué puede que estén en la novela (qué no lo sé, no la leí), pero que a mi, ya sabéis que no me molan nada,  por lo demás, fantástica.

No obstante, esos universos paralelos, o mejor dicho, realidades alternativas, bien contadas, cómo es el caso, tampoco se me indigestan tanto, me recuerda inevitablemente a Terry Pratchett, que como muchos, supongo, bebió de P. K. Dick. Eso si, queda muy en el aire cómo se logra ese traslado entre realidades, lo que, insisto, da cierto tufo a Perdidos, pero bueno, se comenta que tendrá tercera temporada, y ahí supongo que lo definirán más.

Con dos temporadas ya disponibles, proporciona muchas horas de entretenimiento sin coitus interruptus. Eso si, los escenarios antiutópicos, e incluso los utópicos, inevitablemente te revuelven por dentro y, quieras o no, te dejan mal cuerpo. Ese es quizás la mayor pega de esta serie, por lo demás, indispensable. 

Gracias por la recomendación amig@

P.D.: Fíjate en el póster, mola... o es que tengo que cambiar la medicación.