Allo e Aceite [Grupo Nove]

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Allo e Aceite [Grupo Nove]Hace ya un año que recomendé el tour gastronómico por excelencia que hay en Galicia (además de los llamados "Furanchos":-)) ) propuesto por el Grupo Nove, bien, siguiendo mi particular peregrinación culinaria por su hoja de ruta, hoy recomendaré Allo y Aceite, antes en Marín y ahora situado en Rúa Nova de Arriba nº 7, en Pontevedra capital.

El chef Pablo Romero, como casi todos los grandes cocineros parte de una herencia familiar, en su caso, un restaurante de sus abuelos. Pues bien, el, define su cocina cómo;

Pablo Romero, incansable rastreador de productos, se recorre a diario las plazas de la zona en busca de los productos que entrarán a formar parte de su menú. Su carta muy flexible, cambia muy frecuentemente debido a los caprichos de la naturaleza porque no siempre se encuentra lo que se busca, y muchas veces es el mercado el que nos marca lo que se va a servir cada día.
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Como filosofía culinaria está bien, pero eso se le presupone a cualquier cocinero que se precie
, qué luego compren sus productos en revenderores o en el Carrefour, bueno... en esto, como en todo, hay que insuflarse unas fuertes dosis de ingenuidad. No obstante no hace falta ser un lince para darse cuenta cuando una cosa es buena, excelente o por contra algo meramente aparente o directamente camuflado debajo de una salsa a la pimienta... lo bueno, nunca engaña.

En este caso, el producto base no es que sea bueno, es excelente, así que lo que pregona debe ser cierto, o como mínimo sabe comprar, además de vender :-).

Bueno, yo eso de ir a este tipo de restaurantes lo veo mas bien como una "experiencia", no por el hecho de comer y beber bien. Eso se hace en casa y, mejor que en ningún lado (además de muchísimo mas barato), por mucho que el cocinero tenga dos kilos de estrellas Michelin.

Un Chef con pedigrí o sin él, no deja de ser un artista, y todo artista es vanidoso por definición, es decir, nadie crea tan solo para saciar su necesidad, casi existencial, de expresar su arte, lo hace para mostrar a los demás lo jodidamente bueno que es. Por lo tanto, a este tipo de establecimientos no vas a comer por no manchar la cocina de casa o por aquello de celebrar algo... vas a algo mas. Y en recibir esa experiencia culinaria -no cotidiana- está el éxito o no de estos locales.

Bien, Allo y Aceite, al igual que casi todos los locales del Grupo Nove lo cumple. No obstante, de los que he ido, es quizás, el mas flojito. Me explico: La ubicación, bueno, nada que ver con un Pepe Vieira, un Culler de Pau o un Casa Solla. Está situado en una calle peatonal sin mas vistas que la propia calle y con un local bien decorado a lo minimalista pero sin ningún tipo de encanto o aliciente extra que contrarreste ese hándicap.

Por ejemplo, otro restaurante, el Pandemonium (Cambados), suple el estar en (bajo sin vistas) en una situación análoga, con una decoración muchísimo mas cuidada (y noble), con un sinfín de detalles que hace que te olvides de sus carencias (mas si vas a cenar)...

Luego está la carta. No ofrecen menú de degustación, qué no tiene qué ser malo por eso, qué ocurre, qué el pedir a la carta hace que por narices tengas que escoger y, claro, que no valores quizás en su justa medida la cocina de autor. No es lo mismo probar siete platos, qué un primero, un segundo y postre. La experiencia de la que hablaba antes, se pierde un poco, por el mero hecho de saborear mas o menos cosas del menú. Bueno, esto lo explica a la perfección Ferran Adriá en su serie documental sobre El Bulli, que emiten por La 2 (o por la Youtube), donde justifica el abandono de -la carta- a favor del menú degustación.

Hay otros detalles ajenos a lo culinario, como polvo en las repisas, estantes (es lo que tienen los muebles oscuros, son unos puñeteros), los aseos sin encanto, etc... que vamos, que hace que se distancie en este aspecto de prácticamente todos los locales de sus otros colegas del Grupo Nove.

Pero vamos, estas cuestiones no son quejas, son meras oportunidades de mejora. Ya que, lo demás, lo realmente importante, funciona. Un buen servicio, un tempo entre plato y plato acertado, una de las mejores cartas de vinos que he visto en este tipo de locales y un precio muy pero que muy competitivo (con relación a otros del Grupo Nove).

En fin, qué no seré yo el que ponga palos en las ruedas a un negocio de este tipo, en una nueva ubicación y, en estos tiempos de crisis. No es justo penalizarlo por cuestiones como su ubicación o una decoración mas o menos acertada, funcional o si se quiere refinada, ya que, lo importe; la cocina, si que es pareja a la que pueden ofrecer su colegas y, eso, es lo realmente importante y valorable.

Así qué, por lo que a mi respeta, es un local muy recomendable, y más en Pontevedra capital, donde prácticamente solo hay dos o tres locales donde puedas acceder a cocina de autor.

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