Venganza vs Terrorismo

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Acabo de ver en Redes a Eduard Punset, disertar sobre los motivos, causas y orígenes del terrorismo, él y su invitado al final llegaron a estas conclusiones;

- El miedo que provoca el terrorismo es una herramienta que utilizan los políticos para perpetuarse en el poder... tanto por la parte ofensora como por el ofendido.

- Indistintamente de que exista o no una amenaza real, la política necesita este parámetro para controlar y alinear a las masas, por lo que de no existir se crean falsos enemigos.

- El terrorismo a diferencia de como siempre se piensa no es un acto organizado por una mano negra o un gran orden mundial o gurú ... es mas bien cosa de grupos muy reducidos y con fuertes vínculos emocionales y en algunos casos son fruto del adoctrinamiento recibido desde muy temprana edad, pero en cualquier caso el factor emocional y de vínculo es necesario para que un terrorista actúe en último término.

y finalmente este punto es el que realmente me sorprendió y justificó por completo todo el programa;

Un terrorista no es otra cosa que una persona con sed de venganza, y la venganza por definición es; la satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos, bien... establecido esto, el terrorista lo que busca es satisfacerse.

Concluyendo; cuando uno recibe un daño y no sabe o no puede identificar la causa o origen del mismo, se resigna y como mucho se entristece.

Es decir, lo que determina el terrorismo es el que se identifique o no el ofensor y por tanto se busque las satisfacción o resarcimiento con la venganza.

Estos resortes, tristemente lo conocen muy bien los políticos; en la Guerra fría, el coco era el comunismo, ahora en el Eje del mal, es el islamismo, es decir de lo que se trata es el IDENTIFICAR AL SUPUESTO OFENSOR del cual tener miedo y vengarse o mejor dicho pedir justifica por las ofensas recibidas... en fin... lo que dije en un post hace unos días, si el diablo existiese tendría tatuado en el pecho "...y ahora, véngate cabrón..."


Inzitan blog

Debí elegir la pastilla azul...

Hace siglos, en Delf, ¿recuerdas?, tú vertías la jarra de leche, en casa de Johannes Vermeer, el pintor, el marido de Catharina Bolnes, hija de la señora María Thins, aquella estirada, que tenía un hijo medio loco. Pues ese, ese era yo...

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