En una charla informal hace unos días, un buen amigo, director de una sucursal en España de una importante multinacional del sector de la alimentación, me decía a colación de la formación de sus empleados y demás, que él jamás le requería al responsable de recursos humanos que el personal a contratar aportase formación académica, sino que demostrase su idoneidad para el puesto.
Tanto es así, que para el área de administración financiera el cuestionario de la última selección, se limitó a una única pregunta, a responder en un tiempo máximo de quince minutos:
La selección española de baloncesto gana a Italia por el cuádruple de puntos, pero un segundo antes del pitido final, Italia mete un triple, ganando finalmente España por el triple de puntos. ¿Cual era el marcador antes de ese triple?.
Me dijo, que se presentaron no menos de treinta candidatos; muchos de ellos sin titulación específica, pero también administrativos, contables, economistas, licenciados ADE, etc. algunos con un expediente académico kilométrico. Solo uno contestó correctamente, pero fue incapaz de plantear la ecuación. Es decir, tan solo sabía usar los dedos.
No hubo incorporaciones.
Conclusión. Me dice -Las matemáticas lo explican todo. Y cuando dijo «todo», hizo un círculo con las manos, la mar de ilustrativo. Todo, es todo. En el contexto de la conversación, se refería a la crisis perpetua que nos toca vivir.
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